Deluge: torrents desde la consola de Linux como un campeón.

La última vez que utilicé la consola de linux para bajar torrents, todavía no existía ni el concepto ni el formato «magnet». Así que imagínense, estoy hablando de la época en que el arco iris salía en blanco y negro, los truenos no eran Dolby 5.1 y los relámpagos eran a querosene.

Por aquel entonces, la pirateaba usando ctorrent. Un programita de mierda escrito en C y que no pesa mas de 200K aproximadamente, y que apostaría hasta 25 centavos de peso argentino a que todavía funciona.

Hoy me encontré nuevamente con la necesidad, las ganas mas bien, de torrentear de nuevo. Obviamente. como buen viejo choto que soy, lo primero que intenté fué subirme al Ford Falcon:

~# ctorrent
-bash: /usr/bin/ctorrent: No existe el fichero o el directorio

Nada, ni lo tenía instalado. Testarudo y viejo choto le mandé entonces un:

apt-get install ctorrent

Al pedo, ctorrent no soporta magnet links. Nunca los soportó ni parece que lo vaya a hacer.

 

deluge – el cliente torrent para la consola de Linux que hay que tener.

 

Buscando alternativas, vengo con la que encontré y que funciona perfectamente, magnet links incluídos. Que podés usar desde cualquier servidor donde no tengas monitor y solo haya acceso SSH (léase raspberry pi y similares), y que tiene bien poco que envidiarle a esos clientes torrent para Windows tipo uTorrent.

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Cuando a Microsoft le importa tres carajos.

 

La que sigue es un clásico: A Microsoft le importa tres carajos si lees o no el acuerdo de licencia del instalador. De hecho pareciera que por el contrario, lo que quieren es que no leas nunca el acuerdo de licencia si no que solamente lo aceptes.

 

400 líneas de acuerdo de licencia para leer en un cuadradito donde solamente entran tres renglones. Buena suerte con eso.

Te meten trescientas líneas de licencia donde te avisan que si aceptas tenes que entregar todo lo que más te importa en el mundo, en un cuadradito en el que solamente caben tres renglones de mierda, cosa de imposibilitarte todo lo más posible que puedas leer el acuerdo para decidir si lo vas a aceptar o no.

No es que me importe, claro. De hecho a nadie en el mundo le importa. El que haya leído un acuerdo de licencia antes de instalar un programa, que tire la primera piedra, pero:

 

Que hijos de puta.

 

El huevo o la gallina? Que fue primero? Los acuerdos de licencia de microsoft vienen en scroll boxes bien chiquitas por qué nadie nunca en su puta vida los lee o como nadie los lee ya ni te los hacen leer?

Me imagino más probable esto último y en tal caso, para que recontra remil mierdas hay que hacer dos clicks antes de instalar cada cosa a razón de uno para tildar «acepto» y otro para presionar el botón de siguiente?

Acá el que seguramente tenga la posta sea un abogado, un especialista en derecho de software. A mí, mientras tanto, me tienen las bolas llenas.

Futuro: como me cagaste.

Otro título sugerido: suerte que soy pobre y me traslado usando el transporte público de pasajeros.

 

Prefacio: Desde hace aproximadamente cinco años viajo en trenes subterráneos prácticamente todos los días.

Con estos trenes me está pasando una cosa curiosa: Ese espacio de sumisión del pensamiento, ese momento de introspección que siempre supe tener mientras me duchaba y del cual provienen una buena parte de los posts que alguna vez escribí en este blog y otra buena parte de las «Buenas» ideas que alguna vez tuve –si es que existió tal cosa alguna vez, lo cual está siendo puesto en duda con cada vez mas frecuencia-, ha sido reemplazado por esa media hora durante la cual voy medio colgado/medio parado, sumido en una especie de sopor durante el cual es imposible definir si estoy cien por ciento despierto o dormido, sino más bien un punto medio del cual es muy fácil que me despierte y es aún más fácil que me quedé dormido por completo. Sobre todo si justo tuve la buena fortuna de viajar sentado.

Hoy, sumido en este sopor de mierda que describía más arriba mientras volvía casa sentado en el tren, divagando las cosas más inverosímiles (como siempre), me di cuenta o más bien debería decir me sacudió como un patadón en el medio del pecho:

 

Estamos en el año 2016 y todavía las computadoras no se entienden ni nos entienden.

 

Estamos en el año 2016 Y todavía es imposible darle órdenes utilizando un lenguaje natural para los humanos a una computadora. Estamos en el año 2016 y si bien Siri se asemeja bastante hasta cierto punto a una película de ciencia-ficción, no deja de ser una mierda, que sospecho además, me odia.

 

SI no sabés que es esto, me veré en la obligación de cagarte a piñas.

 

Estamos en el año 2016 y todavía es necesario aprenderse comandos trípticos de la muerte, imposibles de memorizar a la primera porque no le podemos hablar de manera natural a las computadoras.

Desde que tengo memoria hasta esta parte, en todo el libro o película calificada como «futurista» siempre hay una computadora a la cual los humanos comandan utilizando simplemente órdenes de voz que la computadora interpreta a la perfección..
Y eso donde mierda está? Cuando carajo? Porque vamos! Voy a pecar de insistente pero estamos en el 2016!.

 

Futuro: me re cagaste. Maldito mentiroso. 

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De profesión «Bobinador Electricista Experto Especialista»

 

Otro título sugerido: Orientación vocacional. Si no sabés que hacer de tu vida, elegí de la lista. Si tu trabajo es una mierda, sabé al menos que siempre se puede estar peor.

 

Hoy estaba viendo como se hace el trámite para solicitar el DNI en formato tarjeta, lo que se conoce como el nuevo DNI por cuestiones personales que no vienen demasiado al caso, pero que podría resumir en «estaba tratando de hacerle trampa al sistema».

Cuando llegás al paso 4, te encontrás con que se te solicita tu nivel de educación y «ocupación habitual«, es decir, tu oficio o profesión. Cuando hacés click en el menú desplegable, encontrás que consta de casi 4100 oficios distintos o profesiones con las que uno podría ganarse el pan de cada día:

 

Unos hijos de puta – 4100 profesiones ditintas, tipo: «Espirales Contra Mosquitos Comerciante»

 

El registro nacional de las personas de la república argentina contempla todas las posibilidades. Somos así de grosos. Te podrás imaginar que para censar a cuarenta millones de tipos de los cuales la mitad son unos vagos de mierda y la otra mitad menores de 18, no podés dejar a nadie afuera, sea lo que sea que haga para ganarse el sustento.

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