Cuentos sobre FreeBSD – Parte 1

Otro título sugerido: Mirá mamá, sin manos!

 

La que sigue espero que sea la primera de una serie de entrada que posiblemente de origen a una categoría nueva en este blog: FreeBSD

 

Hace aproximadamente 14 años me crucé con Gentoo, la que sería mi distribución de Linux por el elección durante los siguientes cuatro o cinco años y a la que siempre vuelvo nostálgico, particularmente a los foros o a su documentación, usualmente cuánto necesito hacerme con la sintaxis algún comando y Google me redirecciona a su Wiki a su foro o documentación oficial.

La nostalgia se convierte en –tal vez– tristeza cuando veo que el proyecto está cada vez mas muerto y ahora, ya de adulto (viejo y choto, léase) me doy cuenta que desde su concepción está pensado así. Gentoo es una gran distribución de Linux, pero solamente cuando tu tiempo no vale nada. Buena suerte encontrando un servidor en producción basado en Gentoo y un sysadmin que lo maneje a diario, mantenga actualizado, tenga mas de 30 y todavía le quede algo de pelo.

En cierta forma podría decirse que realmente no aprendí de Linux hasta no haber empezado utilizar Gentoo, que me dio las bases, los fundamentos, y me sirvió para terminar de entender realmente cómo se construye un Linux, cómo funciona por debajo del capot, y cómo arreglarlo cuando se rompe. Y por ello, voy a volver siempre, mi gratitud será eterna, lo voy a recomendar siempre que la ocasión amerite y no lo voy a volver a usar nunca mas en mi puta vida.

 

Mirá mamá: Sin manos! – Foto de como me voy a hacer mierda en la medida en que siga usando FreeBSD

 

A lo que iba: Siempre supe que Gentoo estaba construido basándose en «la filosofía de BSD» y si bien seguramente alguna vez me vi tentado a intentar utilizar alguna de las variantes de BSD, la realidad es que siempre terminé volviendo a Linux, que es lo que el día de hoy todavía me da de comer, y que me ayudó a volverme un más y mejor profesional en última instancia (creo).

 

Bueno, eso está a punto de cambiar.

 

Desde hace aproximadamente un mes estoy testeando en una de las computadoras de mi casa la versión más reciente de FreeBSD por primera vez en mi vida y a decir verdad: me siento de nuevo como en casa. Me siento como si finalmente estuviera utilizando el sistema operativo que hay que tener cuando sos un pobre que no tiene para comprarse una Mac y a su vez no querés utilizar Windows.

Me siento como si hubiera vuelto a Gentoo, pero sin toda la parte tediosa y las implicancias de mantener un sistema operativo construido totalmente a partir del código fuente, sin los dolores de cabeza de intentar instalar una aplicación y su tonelada y media de dependencias. Sin que se haga mierda todo en un emerge -avDu world.

Todo me anduvo a la primera. Todos los ports se instalan sin chistar. Nada de andar mariconeando por dependencias. Todo sobre rieles. Nada de ramdom crashes, todo siempre fluído y el look and feel de que por debajo no se le podría estrujar una gota  mas de potencia al hardware.

 

Por si no es obvio: continuará. En el próximo post, voy a linkear al culpable. Al que me convenció de probar FreeBSD y por qué. Mientras tanto, la dejo picando.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Wordpress Hashcash needs javascript to work, but your browser has javascript disabled. Your comment will be queued in Akismet!