Bajo el título de «Finísimo, de salón» me acaba de llegar por mail esto que copio y pego a continuación:

Una pareja gay viajaba en un avión. Uno de los dos confiesa a su enamorado una fantasía de siempre: Tener sexo en las alturas.

-Imposible, el avión viaja lleno, dice el otro.

El primero insiste:
-¡Pero si van todos durmiendo, inclusive la tripulación!

Para probar que era verdad, se levanta y pregunta:
-¿Alguien de ustedes tiene un pañuelo?

Silencio total, ninguna respuesta.
El novio entonces se convence y bastante excitado con la idea, arrebata del brazo hacia sí a su amado y tienen sexo desenfrenado en silencio.

45 minutos mas tarde y 5 filas de asientos mas atrás, un pasajero se despierta ante un incesante castañear de dientes y descubre al viejito que venía sentado a su lado temblando.

-¿Se siente bien? ¿Le pasa algo?
-No, nada. Estoy temblando de frío por el aire acondicionado.
-Pero abuelo, puede pedirle una manta a las azafatas
-Ni loco. Mas temprano un tipo pidió un pañuelito y le rompieron el culo, imaginate si llego a pedir una manta…

Este me llegó por mail, no podía dejar de compartirlo:

Un negro sale del Bingo de Carlos Paz, seco, sin un mango. Era muy tarde ya y fue a tomar el único taxi que había en la puerta:

– Quiero ir a Arguello, le dice.
– Serán $ 50 por adelantado.
– Ahora mismo no tengo nada, perdí todo en el bingo pero si me llevas, te pago 60 cuando lleguemos a casa.
– ¡No te llevo un carajo; bajate y rajá!

Pasa una semana y el mismo hombre canta un bingo de $3.000 . Al salir del bingo se encuentra la hilera de taxis; el que no lo quiso llevar estaba último.
Después de pensar en cómo vengarse del taxista, entra en el primer taxi y enseñando el dinero le dice:

– ¿Cuánto cuesta ir a Arguello?
– $ 50.
– Te doy 600 $ si al llegar me la chupas.
– No.

A continuación prueba con el siguiente:

– ¿Cuánto cuesta ir a Arguello?
– $ 55.
– Te doy 600 $ si al llegar me la chupas.
– ¡Ni por 6.000 $, mariconazo!

Y así con todos los taxis de la hilera, hasta que llega al taxista del que se quería vengar:

– ¿Cuánto cuesta ir a Arguello?
– $ 50, por adelantado.
– Te doy $ 60 si bajas la ventanilla y, al ir pasando junto a tus colegas, les saludas con una sonrisa diciendo:

¡¡¡ Me voy a Arguello papá!!!

Después de una noche de fiesta hasta tarde, un amigo invita a otros a que conozcan su departamento nuevo.

Mientras lo recorrian, uno de ellos nota contra una de las paredes un Gong inmenso a la par de un martillo.

– «¿Para que carajo el Gong?», Preguntó.

– No eso no es un gong, es un reloj parlante.

Su amigo con voz de escepticismo: «Obviamente eso no es un reloj, salta a la vista que es un gong»

– Te lo juro, golpeas el gong con todas tus fuerzas y te dice la hora, dale, probalo y vas a ver.

El otro se encoje de hombros, toma el martillo, toma impulso y golpea con un ruidoso:

¡¡¡GOOOOOOOOOOONG!!!

Despues de unos segundos se oye una voz del otro lado de la pared:

Hey, hijo de puta, ¡¡Son las tres y media de la mañana!!

Visto en el Blog de Agustin.rta, traducido vilmente por mí.